Te amo; y su cuerpo se inclina,
el espejo de la memoria a la luz
Lámpara suelta en la que
oculta. Me tire hacia fuera
marco: y su cara blanca
se abre una sonrisa agua,
embarcadero en mí, como el
tronco liso de la noche,
para que mantenga hasta el amanecer,
Cuando el sueño cierra los ojos
y el espejo, vacío, me hace
que se mira en el reflejo del poema.
Nuno Júdice
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