Dulce campo celestial
abandonó
mi Señora
por la
gente pecadora
que ha
venido a resguardar
y sea
grato su mandar
desde
tierras del Oriente
que
desbordada se siente
al cantar
fino detalle
a Nuestra
Señora del Valle
de brillo
resplandeciente.
Con veloz
y dulce vuelo
sobre
tormentas crecidas
ella
llegó conmovida
para
salvar a su pueblo
que
devuelve con empeño
su
majestad con un grito
dado el
favor tan bendito
de venir
hasta nosotros
hoy
veneramos su rostro
junto al
Santísimo Cristo.
Mandó
gaviotas y peces
en sumas
incalculables
y así
miles de animales
para el pueblo que padece
todos los días y los meses
servir de dulce alimento
con un soplo de su aliento
Nuestra Señora del Valle
hizo del cielo una calle
con milagro y sentimiento.
De males no me acobardo
si la llevo en mi bandera
a su figura señera
que en mi corazón guardo
disolviendo mi quebranto
ante el injusto tirano
yo levanto voz y mano
pleno de convencimiento
que ella será mi portento
como mi Dios soberano.
De mucha veracidad
ella es la virgen más pura
con su sagrada figura
de amor y divinidad
siempre bendita será
en este profundo abismo
de pecados y egoísmos
de torturas y cadenas
de amarguras y de penas
nos aparta con su signo.
Me voy muy feliz y gozo
mi tarea la he cumplido
y por demás complacido
de este oído generoso
que con fervor amoroso
me escuchó con alegría
celebrando aquí este día
a mi virgen tan lozana
mi señora soberana
madre de la vida mía.
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