Por dentro mis piernas están consumidas,
Dando movimientos, arqueados,
Bajando los escalones…
Basto mi pierna, basto mi canilla,
El desamparo me brota
por mis pies,
Aferrado a los escalones
de la escalera.
Un peldaño en que pararme
¡Está frente a mí!
Aunque aquel peldaño en que sube la niña Laica,
La hija del conserje, la razón, la causa,
¡Está frente a mi corazón!
¡Siquiera aquel otro,
Que ha estado escondiéndose
por mi pie izquierdo!
O el que ya no sirve
para podio de
ganador,
¡Esté guárdalo ahora para mí!
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