He dejado el alma descubierta
soy un hombre que no se resigna a perecer
la muerte es el fragil cristal que cede
un pequeño eco en la noche de la tormenta
soy la roca que rueda soportada por el fin
o un árbol rodeado por el viento
O tal vez no soy nada
sólo el aliento
y la resplandeciente luz de las estrellas
Desolado camino
inexplicable el ocaso se impone
reconozco esa alma
no hay otra
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