Bajo mis manos crece, dulce, todas las noches. Tu
vientre suave, manso, infinito. Bajo mis manos que pasan y repasan
midiéndolo, besándolo, bajo mis ojos que lo quedan viendo toda la noche.
Me doy cuenta de que tus pechos crecen también, llenos de ti, redondos y cayendo. Tú tienes algo. Ríes, miras distinto, lejos. Mi hijo te está haciendo más dulce, te hace frágil. Suenas como la pata de la paloma al quebrarse. Guardadora, te amparo contra todos los fantasmas, te abrazo para que madures en paz. De: Adán y Eva (XV) |
martes, 27 de septiembre de 2016
Bajo mis manos crece...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario